27 octubre 2007

Intermezzo liberte

Había obtenido la receta correspondiente, pero quise intentar ver la vida real.
No hubo caso. Volvió el cansancio, mucho menos físico que espiritual, también la falta de ideas. Y la opresión de garganta, que dificulta la llegada pronta a la muerte por radicales libres.
Fue la sesión de la rabia. ¿Contra quién? La categoría "los compañeros" fue inservible. Los que sí la buscaron no alcanzaron el mérito suficiente para generar una respuesta autodestructiva. Y yo aún queriendo evitar conflictos...
Complejo de Edipo resuelto con cicatrices. No hubo derrota, el escudo para ello es entonces el silencio, misma arma usada en la primera lucha. Funcionaba, ya no. ¿Cómo voy a abrazar con esa pieza de metal estorbando?

Pastilla n° 31. Salud! A bailar, que el escenario no me la iba a ganar. No son de mi bando, pero se remó hacia el mismo lado, todos contentos con no conseguir el triunfo según los números. Y no logró joderme la nueva decepción de uno de los primeros descompensantes, ahora sí puedo meterle un billete de plástico por un agujero para que compre bencina. Tampoco que no cumpliera la que anunció visita: incógnito impracticable.

Se vienen huesos sólidos.