24 junio 2006

Veinticinco por cero seis

Un triunfo y una derrota, un inicio desde la inocencia y el fin de ésta, la unión de otros y la mía callando el final que tiempo después sería ineludible.

Esta vez la efeméride me pilla temeroso. Todo por una alegría que provoca mi enfrentamiento contra una férrea pared, que yo mismo construí para no dejar al descubierto heridas extensas que ya han sanado, dejando apenas cicatriz. ¿Cómo negar el regreso de los sueños terrenales? ¿Tú también deseas una sonrisa o un abrazo?

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Yo creo que lo mejor es que le hagas una puertecita a esa pared, con un guardia custodiando que no pase cualquiera. Aunque, igual es peligroso, los personajes pueden disfrazarse de ángeles y cuando estén en tu sala de recepción - tomando un rico café con galletas que no llenan a nadie- saquen su lanza. Pero no es tan terrible, si aprendes a enfrentarlos. Además, la mayoría de tus invitados te sorprenderán cuando se saquen los ropajes, que los cubren de la lluvia que hay siempre afuera.

Saludos

pd: te posteé de nuevo en el escrito anterior.

23:51  
Anonymous Anónimo said...

¡¡Es que yo castellanicé la palabra!! lo siento, a la otra pregunto jajajjajajjajajaja

Veo que no has escrito más... debes andar re ocupado, no creo que sea por falta de ganas...

Cuídate
visita mi ñoñolog

04:04  

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